Dicen que no es bueno hacer leña del árbol caído y además existe sobreadundancia de artículo relacionados al despido de Claudio Borghi de la Selección Chilena, pero no dejaré que eso me detenga.
Algunos antecedentes.
Soy Colo-Colino. Si se ponen a escarbar este Blog y otro que mantenía con anterioridad llamado Fanaticos DC, van a encontrar varios artículos relacionados a la mejor etapa reciente de Colo-Colo, la etapa de Claudio Borghi entre 2006 y 2008, en la cual obtuvo 4 campeonatos consecutivos del Fútbol Chileno y una Final de Copa Sudamericana (con la dolorosa derrota ante Pachuca), además de darle tiraje a una extraordinaria camada de jugadores: Matías Fernández, Alexis Sánchez, Humberto Suazo, Claudio Bravo y Arturo Vidal (entre otros).
Cuando Bielsa partía su trabajo con la selección todos lo cuestionábamos, yo incluso hice algunos diagramas de formaciones alternativas y cuestionaba su esquema de 3-4-3 (que alternaba con un 4-3-3), debido a que regularmente la selección quedaba desprotegida y los jugadores perdidos en la cancha. Pasó el tiempo y el equipo se fue afirmando, aparecieron las sociedades por las bandas tal como quería Bielsa y se promovía el duelo individual (el uno-a-uno), en los distintos sectores de la cancha, que era bastante bueno para Chile en la medida que el equipo contrario tuviese un nivel similar o inferior, pero que resultó ser un peligro al enfrentar a equipos como España o Brasil en el Mundial.
Claramente Bielsa era un tipo de ideas fijas, que bien trabajadas y ejecutadas, dan resultados. Especialmente si existe orden y disciplina y eso logró imponerlo, tal vez gracias a un rasgo idiosincrático Chileno que es el ver automáticamente a los extranjeros como mejor preparados, más capaces y con mayor autoridad.
El análisis
Teniendo en cuenta que el mayor problema de la selección al término del proceso de Bielsa era su falta de equilibrio defensivo contra rivales a los que no podía arrinconar en su propio campo (como lo ilustran las goleadas que le propinó Brasil), la llegada de Claudio Borghi me parecía una buena idea porque pensaba que sería capaz de hacer los ajustes pragmáticos que la selección requería.
A Claudio Borghi le gusta la formación 3-5-2: Líbero, dos centrales, dos volantes externos, dos volantes de contención y dos atacantes. Si Bielsa prefiere que los volantes externos se asocien con los punteros (o "Wines", en lugar de "Wings") Borghi piensa que al tener 3 defensas y dos volantes de corte, puede permitirse que los volantes externos suban constantemente apoyando a los dos delanteros.
En la pizarra todos los esquemas son lindos y tienen lógica, pero una formación con 3 defensas requiere que el líbero sea un jugador rápido e Inteligente y que los Defensas Centrales cierren bien las jugadas de centro del equipo contrario (que de hecho debieran ser abortadas por el trabajo asociado del volante externo con el volante defensivo del costado en cuestión). Tras la lesión de Waldo Ponce (de la cual aún no logra recuperarse y obviando que no es un jugador veloz), Chile se quedó sin un jugador que cumpla el rol de Líbero y ensayó múltiples opciones en distintos partidos.
Arturo Vidal se hizo conocido como un jugador polifuncional. En Colo-Colo jugó como Central y como Volante por izquierda. Borghi ya en esa época hablaba de que lo veía como Líbero y el propio Vidal hablaba de ser el "mejor central del mundo". Sin embargo tras su llegada a Europa se afianzó como volante defensivo con llegada. Actualmente es el goleador de la Juventus -de la JUVENTUS- así que cuando Borghi lo puso a jugar como líbero, Vidal , previo aviso de que no le gustaba la posición, terminó desordenándose en repetidas ocasiones en el partido contra Colombia que Chile finalmente perdió 1-3. La razón es bastante sencilla... Vidal anda con el colmillo largo, quiere hacer goles, en su club habitualmente sube a rematar jugadas y atrapar rebotes y ponerlo de líbero, donde salvo en algún tiro de esquina no va a ver el arco rival, es pedirle demasiada disciplina y paciencia, y tal como se podía anticipar, intentó varias patriadas durante el partido dejando desprotegida la defensa.
Chile no tiene jugadores para armar línea de 3 y Borghi en lugar de asumirlo y armar una línea de 4, insistió en improvisar una formación que no se puede improvisar. La linea de 3 requiere coordinación, la de 4 no tanta porque es tan común en el fútbol chileno que los jugadores se acomodan sin problemas. Esta tozudez contumaz de Borghi nunca se transformó en un virtud como pudo ocurrir con Bielsa cuando insistia en el 3-4-3 que no se utiliza en el fútbol chileno. A diferencia de lo que ocurrió con el Rosarino, Borghi por propia culpa o la de sus dirigidos, no logró convencerlos de la idea (misma que aplicó con éxito en Colo-Colo) y sólo se vió el desorden. Con la salvedad de que un campeonato nacional entrega múltiples ocasiones de ensayar una misma formación con un número acotado de jugadores, pero la selección juega con numerosas pausas y si además no repites los nombres e improvisas jugadores fuera de sus puestos, lo más seguro es que no funcione la idea tal y como la viste en la pizarra.
La Crítica.
La indisciplina es lógicamente lo más visible a la hora de criticar a Borghi. Las expulsiones consecutivas de Vidal , la borrachera del "bautizazo" que terminó con 6 jugadores sancionados, la expulsión de Isla el el amistoso contra España que fue sancionada secretamente con 10 partidos, la expulsión de Borghi que fue sancionado con 4 partidos oficiales y quizás qué mas... lo peor es que tal vez no haya nada más, pero como la percepción pública de la selección está tan desmejorada, uno se siente incómodo pensando bien y parece más seguro apostar porque haya más problemas desconocidos, que una sobreexposición de problemas menores.
Luego del famoso "bautizazo" sólo Vidal mostró arrepentimiento. 5 jugadores dieron una penosa conferencia de prensa diciendo básicamente que el Técnico no era nadie para decirles cosas y andarlos juzgando. En ese momento se optó por las sanciones, pero evidentemente hay un quiebre mayúsculo si 5 jugadores importantes son capaces de cuestionar publicamente la idoneidad "moral" del entrenador, no porque tengan razón, sino porque denota una falta de respeto por la autoridad de Borghi, que es inaceptable. La frase "le dan la mano y se toma el codo", al igual que la mayoría de los refranes, tiene mucho de cierto, y había ahí un síntoma mayor de que Borghi perdía el control del plantel.
El actuar del periodismo deportivo chileno es en general penoso. Uno tiene que soportar a tipos como Fernando Solabarrieta y Francisco Sagredo, que siguen la estúpida doctrina de la asertividad (que para efectos prácticos consiste en hablar con seguridad de cualquier cosa, sin importar si hay conocimientos que respalden lo que se dice), que insisten majaderamente en obviedades, apoyan gente de una manera que hace sospechar que estén involucrados en el reparto de eventuales ganancias y que un día piden la cabeza de 6 jugadores, al siguiente alaban la hidalguía del arrepentimiento y reconocimiento de Vidal y meses después empiezan a especular "cuándo volverá Jorge Valdivia, la selección lo necesita" o "la sanción de 10 partidos incluye partidos amistosos. Se dice que la ANFP acordaría más amistosos para tener a estos jugadores disponibles para el partido con Argentina". Es decir, cuando el clima acompaña son carboneros, cuando no, son apologistas, no tienen memoria, ni principios, sólo oportunismo y conveniencia.
Dejemos claro que el recurso de decir "SE DICE tal cosa", no es más que una manera de expresar opinión de forma impersonal. En lenguaje se llama afirmación pusilánime y obedece a la vieja costumbre de tirar la piedra y esconder la mano. El periodista quiere pedir que el jugador vuelva a la selección, pero no lo quiere decir de esa manera para no evidenciar su falta de apoyo a la sanción dadas las nuevas cirunstancias, así que lo dice como si se tratara de un rumor persistente dicho por alguien más.
Si Solabarrieta dice "Existen reuniones de la ANFP con Gerardo Martino y Jorge Sampaoli", que lo diga con nombre, apellido, fecha y lugar. De otra manera se transforma en un concurso de quien grita más fuerte y a que opinión se le da más peso, pero la asertividad requiere certezas y honestidad. Si Sagredo quiere que llamen a Johnny Herrera a la selección, que no se le olvide que está hablando de un futbolista que se relaciona muy mal con sus rivales y que está acusado de cuasi-delito de homicidio, manejo en estado de ebriedad y del que se investiga una eventual falsificación de instrumento público o como mínimo, la obtención dolosa de una copia de un documento suspendido.
Lo más triste de este enorme conjunto de desastres es ver la poca autocrítica de Borghi, que en medio de sus problemas sólo está preocupado de qué periodistas lo tratan bien y cuáles lo quieren sacar del puesto. Que diga frases como "¿quieren volver a la dictadura, acaso?" o " Bielsa dejó más viudas que la Segunda Guerra Mundial", y resienta más las comparaciones como si pudiese o debiese existir algún tipo de lealtad con la prensa, pero que es incapaz de reconocer y controlar la indisciplina, corregir el funcionamiento futbolístico, o peor aún...
¿Alguna vez vieron a la selección mostrando algún trabajo táctico avanzado?
Uno ve jugar a otro equipos y ve que hay un tipo que patea tiros libres al segundo palo para que pasen varios jugadores a desviar el balón, que entrenan 3 o más variantes de cada tiro de esquina, que asignan jugadores para recibir rebotes, etc. La Selección Chilena, por diseño o desobediencia, no muestra más estrategia y táctica que la de un equipo de barrio. Pareciera que Borghi se limita a alinear un 3-5-2 y que los jugadores se arreglen como les salga. Obviamente no debe ser el caso, pero lo parece y eso ya es una muestra de que el "proceso" estaba absolutamente agotado y que debía terminar... tal vez no de la manera vergonzosa en que terminó (probablemente tras el partido con Colombia o a más tardar, después del partido contra Argentina), pero que debía hacerlo, porque la mejor generación de jugadores de las últimas décadas marcha directo a perderse un mundial para el cual existen 4 cupos y medio disponibles.
En un año y 8 meses, Borghi desanduvo el camino que trazó Bielsa en 4 años. En lugar de darle equilibrio a una selección irresponsablemente ofensiva, la desarticuló y la dejó jugando como equipo amateur. Seguramente no fue su intención, pero tal fue el resultado y eso es una vergüenza y un desperdicio.
Algunos antecedentes.
Soy Colo-Colino. Si se ponen a escarbar este Blog y otro que mantenía con anterioridad llamado Fanaticos DC, van a encontrar varios artículos relacionados a la mejor etapa reciente de Colo-Colo, la etapa de Claudio Borghi entre 2006 y 2008, en la cual obtuvo 4 campeonatos consecutivos del Fútbol Chileno y una Final de Copa Sudamericana (con la dolorosa derrota ante Pachuca), además de darle tiraje a una extraordinaria camada de jugadores: Matías Fernández, Alexis Sánchez, Humberto Suazo, Claudio Bravo y Arturo Vidal (entre otros).
Claramente Bielsa era un tipo de ideas fijas, que bien trabajadas y ejecutadas, dan resultados. Especialmente si existe orden y disciplina y eso logró imponerlo, tal vez gracias a un rasgo idiosincrático Chileno que es el ver automáticamente a los extranjeros como mejor preparados, más capaces y con mayor autoridad.
El análisis
Teniendo en cuenta que el mayor problema de la selección al término del proceso de Bielsa era su falta de equilibrio defensivo contra rivales a los que no podía arrinconar en su propio campo (como lo ilustran las goleadas que le propinó Brasil), la llegada de Claudio Borghi me parecía una buena idea porque pensaba que sería capaz de hacer los ajustes pragmáticos que la selección requería.
A Claudio Borghi le gusta la formación 3-5-2: Líbero, dos centrales, dos volantes externos, dos volantes de contención y dos atacantes. Si Bielsa prefiere que los volantes externos se asocien con los punteros (o "Wines", en lugar de "Wings") Borghi piensa que al tener 3 defensas y dos volantes de corte, puede permitirse que los volantes externos suban constantemente apoyando a los dos delanteros.
En la pizarra todos los esquemas son lindos y tienen lógica, pero una formación con 3 defensas requiere que el líbero sea un jugador rápido e Inteligente y que los Defensas Centrales cierren bien las jugadas de centro del equipo contrario (que de hecho debieran ser abortadas por el trabajo asociado del volante externo con el volante defensivo del costado en cuestión). Tras la lesión de Waldo Ponce (de la cual aún no logra recuperarse y obviando que no es un jugador veloz), Chile se quedó sin un jugador que cumpla el rol de Líbero y ensayó múltiples opciones en distintos partidos.
Chile no tiene jugadores para armar línea de 3 y Borghi en lugar de asumirlo y armar una línea de 4, insistió en improvisar una formación que no se puede improvisar. La linea de 3 requiere coordinación, la de 4 no tanta porque es tan común en el fútbol chileno que los jugadores se acomodan sin problemas. Esta tozudez contumaz de Borghi nunca se transformó en un virtud como pudo ocurrir con Bielsa cuando insistia en el 3-4-3 que no se utiliza en el fútbol chileno. A diferencia de lo que ocurrió con el Rosarino, Borghi por propia culpa o la de sus dirigidos, no logró convencerlos de la idea (misma que aplicó con éxito en Colo-Colo) y sólo se vió el desorden. Con la salvedad de que un campeonato nacional entrega múltiples ocasiones de ensayar una misma formación con un número acotado de jugadores, pero la selección juega con numerosas pausas y si además no repites los nombres e improvisas jugadores fuera de sus puestos, lo más seguro es que no funcione la idea tal y como la viste en la pizarra.
La Crítica.
La indisciplina es lógicamente lo más visible a la hora de criticar a Borghi. Las expulsiones consecutivas de Vidal , la borrachera del "bautizazo" que terminó con 6 jugadores sancionados, la expulsión de Isla el el amistoso contra España que fue sancionada secretamente con 10 partidos, la expulsión de Borghi que fue sancionado con 4 partidos oficiales y quizás qué mas... lo peor es que tal vez no haya nada más, pero como la percepción pública de la selección está tan desmejorada, uno se siente incómodo pensando bien y parece más seguro apostar porque haya más problemas desconocidos, que una sobreexposición de problemas menores.
Luego del famoso "bautizazo" sólo Vidal mostró arrepentimiento. 5 jugadores dieron una penosa conferencia de prensa diciendo básicamente que el Técnico no era nadie para decirles cosas y andarlos juzgando. En ese momento se optó por las sanciones, pero evidentemente hay un quiebre mayúsculo si 5 jugadores importantes son capaces de cuestionar publicamente la idoneidad "moral" del entrenador, no porque tengan razón, sino porque denota una falta de respeto por la autoridad de Borghi, que es inaceptable. La frase "le dan la mano y se toma el codo", al igual que la mayoría de los refranes, tiene mucho de cierto, y había ahí un síntoma mayor de que Borghi perdía el control del plantel.
Dejemos claro que el recurso de decir "SE DICE tal cosa", no es más que una manera de expresar opinión de forma impersonal. En lenguaje se llama afirmación pusilánime y obedece a la vieja costumbre de tirar la piedra y esconder la mano. El periodista quiere pedir que el jugador vuelva a la selección, pero no lo quiere decir de esa manera para no evidenciar su falta de apoyo a la sanción dadas las nuevas cirunstancias, así que lo dice como si se tratara de un rumor persistente dicho por alguien más.
Si Solabarrieta dice "Existen reuniones de la ANFP con Gerardo Martino y Jorge Sampaoli", que lo diga con nombre, apellido, fecha y lugar. De otra manera se transforma en un concurso de quien grita más fuerte y a que opinión se le da más peso, pero la asertividad requiere certezas y honestidad. Si Sagredo quiere que llamen a Johnny Herrera a la selección, que no se le olvide que está hablando de un futbolista que se relaciona muy mal con sus rivales y que está acusado de cuasi-delito de homicidio, manejo en estado de ebriedad y del que se investiga una eventual falsificación de instrumento público o como mínimo, la obtención dolosa de una copia de un documento suspendido.
Lo más triste de este enorme conjunto de desastres es ver la poca autocrítica de Borghi, que en medio de sus problemas sólo está preocupado de qué periodistas lo tratan bien y cuáles lo quieren sacar del puesto. Que diga frases como "¿quieren volver a la dictadura, acaso?" o " Bielsa dejó más viudas que la Segunda Guerra Mundial", y resienta más las comparaciones como si pudiese o debiese existir algún tipo de lealtad con la prensa, pero que es incapaz de reconocer y controlar la indisciplina, corregir el funcionamiento futbolístico, o peor aún...
¿Alguna vez vieron a la selección mostrando algún trabajo táctico avanzado?
En un año y 8 meses, Borghi desanduvo el camino que trazó Bielsa en 4 años. En lugar de darle equilibrio a una selección irresponsablemente ofensiva, la desarticuló y la dejó jugando como equipo amateur. Seguramente no fue su intención, pero tal fue el resultado y eso es una vergüenza y un desperdicio.
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