Por ahí por Septiembre encargué un cómic de Image llamado "Tabula Rasa", lo encargué básicamente porque traía el nombre de Keith Giffen y tenía curiosidad por ver el trabajo más independiente de Giffen, como "Tag" o "Jeremiah Harm" que no compré a tiempo y al parecer nadie escaneó.
Resulta que Giffen escribió Tabula Rasa tanto como John Woo a los 7 Brothers. Giffen figura como creador de la revista, pero es el co-credor quien la escribe, Shannon Denton.
La historia en sí es bastante simple, un policía visita a un viejo Rabino cuyo hijo, su compañero de patrullaje, fue asesinado... al término de la visita es muerto por razones que descubriremos a posteriori y el Rabino, para quien el policía se ha transformado en un segundo hijo, lo revive como un Golem.
De ahí en más se torna en una especie de cinenegro policial con elementos fantásticos, y un personaje que guarda características similares a Lobo, por ejemplo, un ser indestructible bueno para los coscachos, aunque aquí nos encontramos con un policía sensato y no con un rockero interestelar descerebrado.
La revista está en Blanco y Negro, lo que en vista y considerando los 5 dólares que costó por 48 páginas no me hizo mucha gracia.
El dibujante es Matt Jacobs... no lo conozco, pero me hice una impresión medianamente favorable de él, objeto eso sí la mezcla que hace de un estilo duro con un uso abundante de tintas con un estilo bastante caricaturezco al dibujar a algunos de los personajes... por ahí parecía una especie de Mezcla de Simon Bisley con Sam Kieth y Segio Aragonés, por bizarro que eso parezca.
En general diría que el cómic me decepcionó, en particular porque Giffen haya puesto su nombre en el cuando al parecer su labor fue bien acotada a la creación del personaje, probablemente se sentó a hablar con Denton una tarde, en un café o por teléfono, tiró algunas ideas y Denton las juntó creando la historia... más allá de eso Tabula Rasa es una historia entretenida, pero del montón, probablemente si llevase menos tiempo leyendo comics la hubiese disfrutado más, pero llega un punto en que uno a veces se satura y cuando las ideas se asemejan, cuesta más encontrarle el mérito a algunas cosas.
Dudo mucho que alguien más en Chile llegue a leer éste comic, aunque tal vez, en una de esas, el nombre en la portada impulse alguna re-edición en español, pero lo veo difícil.
Resulta que Giffen escribió Tabula Rasa tanto como John Woo a los 7 Brothers. Giffen figura como creador de la revista, pero es el co-credor quien la escribe, Shannon Denton.
La historia en sí es bastante simple, un policía visita a un viejo Rabino cuyo hijo, su compañero de patrullaje, fue asesinado... al término de la visita es muerto por razones que descubriremos a posteriori y el Rabino, para quien el policía se ha transformado en un segundo hijo, lo revive como un Golem.
De ahí en más se torna en una especie de cinenegro policial con elementos fantásticos, y un personaje que guarda características similares a Lobo, por ejemplo, un ser indestructible bueno para los coscachos, aunque aquí nos encontramos con un policía sensato y no con un rockero interestelar descerebrado.
La revista está en Blanco y Negro, lo que en vista y considerando los 5 dólares que costó por 48 páginas no me hizo mucha gracia.
El dibujante es Matt Jacobs... no lo conozco, pero me hice una impresión medianamente favorable de él, objeto eso sí la mezcla que hace de un estilo duro con un uso abundante de tintas con un estilo bastante caricaturezco al dibujar a algunos de los personajes... por ahí parecía una especie de Mezcla de Simon Bisley con Sam Kieth y Segio Aragonés, por bizarro que eso parezca.
En general diría que el cómic me decepcionó, en particular porque Giffen haya puesto su nombre en el cuando al parecer su labor fue bien acotada a la creación del personaje, probablemente se sentó a hablar con Denton una tarde, en un café o por teléfono, tiró algunas ideas y Denton las juntó creando la historia... más allá de eso Tabula Rasa es una historia entretenida, pero del montón, probablemente si llevase menos tiempo leyendo comics la hubiese disfrutado más, pero llega un punto en que uno a veces se satura y cuando las ideas se asemejan, cuesta más encontrarle el mérito a algunas cosas.
Dudo mucho que alguien más en Chile llegue a leer éste comic, aunque tal vez, en una de esas, el nombre en la portada impulse alguna re-edición en español, pero lo veo difícil.
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