Salvo una que otra recaida, yo en general prometo, no juro. Las recaidas se deben a mi infancia beata y mi educación en un Colegio Católico (Salesiano).
El título de éste mensaje hace referencia a un Comic que he estado coleccionando desde principios de éste año o finales del año pasado "True Story, Swear to God", de Tom Beland, serie a la que me referiré como "TSSTG" por comodidad.
TSSTG es un cómic autobiográfico que narra la historia de cómo Tom Beland conoció a Lily García, una locutora de Radio, conductora de TV y escritora de libros de autoayuda de San Juan, Puerto Rico, y la relación Sentimental que iniciaron, primero a larga distancia y más tarde con Beland dejando de lado su Napa natal (ciudad productora de Vinos en California que habrán conocido en la película "Sideways", que recomiendo que vean si no la han visto. En Chile se estrenó como "Entre copas"), para irse a vivir a San Juan.
Los memoriones se habrán dado cuenta que éste no es el primer mensaje que le dedico a Tom Beland y su serie.
La primera noción que tuve de TSSTG la obtuve de un sitio que y no existe "The 4th Rail", que hacía reseñas de comics. Los redactores de ese sitio eran Don McPherson (que hoy lleva adelante el Blog "Eye on Comics"), y Randy Lander (que participa en "Comic Pants") y en varias ocasiones comentaron los números que Beland autopublicaba de su serie... para mi desazón, no me fue posible entonces hacerme de las revistas porque no era cosa de ir y encargar en alguna comiquería, no las encontré en ninguna tienda en línea y no sabía buscar bien en el Previews, de modo que el anuncio de que la serie sería publicada por Image, me alegró muchísimo y finalmente pude comprarla, no sin antes leer una versión escaneada de uno de los tomos recopilatorios originales publicados por AiT/PlanetLar (que disfruté caleta).
Lo que motivó éste mensaje en partícular fue el #5 de la serie, del cual me nació un comentario que venía posponiendo desde hace algún tiempo, en ése número Lily invita a Tom a una visita a New York y Tom describe la Gran Manzana del modo que probblemente lo haría una buena cantidad de lectores de comics, como el escenario donde se desarrollan las historias del Universo Marvel.
No son pocos los lectores de Comics que conozco que nombran a Spider-man como un personaje que los ayudó a soportar momentos difíciles de sus vidas, que descubrir en Peter Parker a un muchacho un poco mayor que ellos, con problemas personales complejos y con el coraje de superarlos, los hizo sentir acompañados mientras crecían leyendo sus historias. No es mi caso, mi personaje favorito es Flash, sin embargo creo que la mayoría podrán identificarse con el anhelo de escapismo satisfecho por los comics (o algún otro Hobby), en algún momento amargo de sus vidas.
Hay un par de momentos genuinamente conmovedores en ésta historia, el primero tiene que ver justamente con Spider-man y aunque en un primer momento puede parecer más un chiste, uno finalmente (si tienen alma), encontrará cómo conectarse con la sensación de gratitud que describe Beland y que creo es el germen del irracional cariño que desarrollamos los lectores de cómics por los personajes que seguimos:
Más tarde Beland pone un kilo y medio de honestidad en un comic que me imagino que no puede ser fácil de hacer. Hablando en primera persona, puedo decir que a la hora de contar anécdotas siempre prefiero aquellas que puedo adornar para que quien las oye se ría, por "adornar", no me refiero a inventar cosas, sino a contarlas de modo que resulte gracioso, un poco de lenguaje alambicado, harto sarcasmo y alguna dosis de fatalidad previamente anunciada, suelen hacer el truco. Sin embargo cuando la anécdota es de aquellas que pueden hacernos ver mal o que revela algo tan personal que no nos gustaría comentarlo con alguien que no sea de absoluta confianza, prefiero quedarme callado.
Tom Beland opta por la honestidad absoluta hacia una multitud de extraños (nosotros los lectores) y es capaz de revelar un pasaje como éste:
Creo que estos dos momentos del comic son los que describen de mejor manera el por qué leer TSSTG resulta una experiencia tan gratificante, interesante y entretenida, pasas de un momento de risa a otro de identificación, para más tarde presenciar una confesión que muy pocas personas te harían o que le harías a pocas personas. Es el tipo de cosas que han convertido a TSSTG en una serie de culto, con un grupo de lectores muy fieles y que crece número a número.
Éste número es bastante trascendente en cuanto a la época de la vida de Beland que narra, se trata del momento en que finalmente se decide a hacer TSSTG, historia que lo dio a conocer y que imagino se ha transformado en parte central de su vida en los últimos años. Explicándome un poco mejor, los sucesos que narra la historia tienen unos 6 o 7 años de diferencia respecto a la fecha de publicación de la revista.
Durante el par de horas que me tomó redactar éste artículo estuve tratando de recordar por qué se me había venido a la mente éste número de la revista con tanto tiempo de atraso (la lei hace casi 2 meses), y fue entonces que recordé que a principios de mes, conversando con el Dealer (un amigo con el que encargo mis comics), me contó de la vez que fue a New York, intenté infructuosamente ocultar mi envidia, pero en un momento, a propósito del frío, la conversación derivó en la anécdota de un personaje característico de New York... se trata del "Naked Cowboy", un tipo que se instala en la esquina del Times Square cubierto con una zunga que dice "naked cowboy" y un sombrero de vaquero y que canta con una guitarra para que los peatones le dejen dinero. El sujeto usa siempre la misma tenida, sin importar el clima que le toque, lo que resulta entre incomprensible y admirable.
Mientras me contaba sobre el "naked cowboy", recordé haber visto al personaje en algún lado, y ese "lado", resultó ser el #5 de TSSTG, aquí les dejo la viñeta en cuestión:
El título de éste mensaje hace referencia a un Comic que he estado coleccionando desde principios de éste año o finales del año pasado "True Story, Swear to God", de Tom Beland, serie a la que me referiré como "TSSTG" por comodidad.
TSSTG es un cómic autobiográfico que narra la historia de cómo Tom Beland conoció a Lily García, una locutora de Radio, conductora de TV y escritora de libros de autoayuda de San Juan, Puerto Rico, y la relación Sentimental que iniciaron, primero a larga distancia y más tarde con Beland dejando de lado su Napa natal (ciudad productora de Vinos en California que habrán conocido en la película "Sideways", que recomiendo que vean si no la han visto. En Chile se estrenó como "Entre copas"), para irse a vivir a San Juan.
Los memoriones se habrán dado cuenta que éste no es el primer mensaje que le dedico a Tom Beland y su serie.
La primera noción que tuve de TSSTG la obtuve de un sitio que y no existe "The 4th Rail", que hacía reseñas de comics. Los redactores de ese sitio eran Don McPherson (que hoy lleva adelante el Blog "Eye on Comics"), y Randy Lander (que participa en "Comic Pants") y en varias ocasiones comentaron los números que Beland autopublicaba de su serie... para mi desazón, no me fue posible entonces hacerme de las revistas porque no era cosa de ir y encargar en alguna comiquería, no las encontré en ninguna tienda en línea y no sabía buscar bien en el Previews, de modo que el anuncio de que la serie sería publicada por Image, me alegró muchísimo y finalmente pude comprarla, no sin antes leer una versión escaneada de uno de los tomos recopilatorios originales publicados por AiT/PlanetLar (que disfruté caleta).
Lo que motivó éste mensaje en partícular fue el #5 de la serie, del cual me nació un comentario que venía posponiendo desde hace algún tiempo, en ése número Lily invita a Tom a una visita a New York y Tom describe la Gran Manzana del modo que probblemente lo haría una buena cantidad de lectores de comics, como el escenario donde se desarrollan las historias del Universo Marvel.
No son pocos los lectores de Comics que conozco que nombran a Spider-man como un personaje que los ayudó a soportar momentos difíciles de sus vidas, que descubrir en Peter Parker a un muchacho un poco mayor que ellos, con problemas personales complejos y con el coraje de superarlos, los hizo sentir acompañados mientras crecían leyendo sus historias. No es mi caso, mi personaje favorito es Flash, sin embargo creo que la mayoría podrán identificarse con el anhelo de escapismo satisfecho por los comics (o algún otro Hobby), en algún momento amargo de sus vidas.
Hay un par de momentos genuinamente conmovedores en ésta historia, el primero tiene que ver justamente con Spider-man y aunque en un primer momento puede parecer más un chiste, uno finalmente (si tienen alma), encontrará cómo conectarse con la sensación de gratitud que describe Beland y que creo es el germen del irracional cariño que desarrollamos los lectores de cómics por los personajes que seguimos:
Más tarde Beland pone un kilo y medio de honestidad en un comic que me imagino que no puede ser fácil de hacer. Hablando en primera persona, puedo decir que a la hora de contar anécdotas siempre prefiero aquellas que puedo adornar para que quien las oye se ría, por "adornar", no me refiero a inventar cosas, sino a contarlas de modo que resulte gracioso, un poco de lenguaje alambicado, harto sarcasmo y alguna dosis de fatalidad previamente anunciada, suelen hacer el truco. Sin embargo cuando la anécdota es de aquellas que pueden hacernos ver mal o que revela algo tan personal que no nos gustaría comentarlo con alguien que no sea de absoluta confianza, prefiero quedarme callado.
Tom Beland opta por la honestidad absoluta hacia una multitud de extraños (nosotros los lectores) y es capaz de revelar un pasaje como éste:
Creo que estos dos momentos del comic son los que describen de mejor manera el por qué leer TSSTG resulta una experiencia tan gratificante, interesante y entretenida, pasas de un momento de risa a otro de identificación, para más tarde presenciar una confesión que muy pocas personas te harían o que le harías a pocas personas. Es el tipo de cosas que han convertido a TSSTG en una serie de culto, con un grupo de lectores muy fieles y que crece número a número.
Éste número es bastante trascendente en cuanto a la época de la vida de Beland que narra, se trata del momento en que finalmente se decide a hacer TSSTG, historia que lo dio a conocer y que imagino se ha transformado en parte central de su vida en los últimos años. Explicándome un poco mejor, los sucesos que narra la historia tienen unos 6 o 7 años de diferencia respecto a la fecha de publicación de la revista.
Durante el par de horas que me tomó redactar éste artículo estuve tratando de recordar por qué se me había venido a la mente éste número de la revista con tanto tiempo de atraso (la lei hace casi 2 meses), y fue entonces que recordé que a principios de mes, conversando con el Dealer (un amigo con el que encargo mis comics), me contó de la vez que fue a New York, intenté infructuosamente ocultar mi envidia, pero en un momento, a propósito del frío, la conversación derivó en la anécdota de un personaje característico de New York... se trata del "Naked Cowboy", un tipo que se instala en la esquina del Times Square cubierto con una zunga que dice "naked cowboy" y un sombrero de vaquero y que canta con una guitarra para que los peatones le dejen dinero. El sujeto usa siempre la misma tenida, sin importar el clima que le toque, lo que resulta entre incomprensible y admirable.
Mientras me contaba sobre el "naked cowboy", recordé haber visto al personaje en algún lado, y ese "lado", resultó ser el #5 de TSSTG, aquí les dejo la viñeta en cuestión:
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