Columna de Juan Cristobal Guarello publicada en el Suplemento Deportivo "Deportes", del Diario El Mercurio, el día Jueves 26 de Junio de 2006.
Bonita semana. Se ve a la gente feliz a pesar del frío. "En la victoria, todos nos besamos". Claro, ahora hay que remar con el campeonato cojo (Deportes Concepción afuera por secretaría), los equipos que se reforzaron apenas y estadios que no resisten la exigencia de la competencia profesional (La Pintana y su barro, Chillán Viejo con una cancha que parece de futbolito).
Entre todo esto, fue reconfortante la entrevista que le dio David Pizarro a "El Mercurio" de Valparaíso el lunes pasado. Es el mejor jugador chileno del momento, titular de la Roma y ejemplo de profesionalismo. En sus vacaciones se queda con la familia y organiza campeonatos con los niños carenciados de Valparaíso. Afuera de la selección por decisión propia, el movedizo volante fue inteligente y franco cuando le preguntaron por el equipo que dirige Marcelo Bielsa. Dijo las previsibles alabanzas sobre rendimiento, aptitud, ritmo y espíritu ofensivo, pero al igual que en la cancha, puso la pelota contra el piso con suma lucidez. Cito textual: "Es interesante su estilo, pero también tengo mis dudas, porque a la hora de atacar se dejan bastantes espacios. Chile ha convertido, pero también le convierten con facilidad, lo que puede ser fatal en las eliminatorias. En los primeros partidos se notó mucho, porque Argentina y Paraguay nos ganaron. Mejorar esos aspectos hará al equipo más competitivo".
Por supuesto que de inmediato estallaron los talibanes reclamando porque Pizarro "estaba criticando a Bielsa". Qué poco inteligente somos, en vez de ofendernos debemos alegrarnos por el análisis del jugador más acreditado y tal vez más profesional que tiene nuestro medio en este momento. Pizarro, con la honradez que le caracteriza, pudo quedarse en el elogio fácil, en la lisonja que indican los códigos de camarín y remitirse a la obtención de resultados y la posición en la tabla. Pero no, con el riesgo de levantar olas hizo una crítica, pero una crítica de fútbol, de alguien que sabe y ayuda a pesar de que está fuera y no gana nada.
Lo que dijo Pizarro es crucial. Chile ataca masivamente y debe volver con la misma velocidad a retomar posiciones. Y es ahí donde ha fallado por momentos. Contra Argentina en el segundo tiempo, contra Uruguay por momentos, contra Paraguay cuando se desarmó el equipo tras el tercer gol (y así llegó un cuarto tanto mal anulado) y contra Venezuela cuando perdió la pelota en varios pasajes. Esta falta de retroceso provoca que muchas veces la defensa quede tres contra tres o dos contra dos, sin sobrar nadie, con el respectivo peligro de gol. Bielsa, para ubicar un hombre de volante, supone la capacidad de ir, pero también, con la misma valía, la de retroceder velozmente. Y todavía busca (¿Arturo Vidal? ¿Rodrigo Tello?).
Mientras Bielsa sigue trabajando, las opiniones como la de Pizarro son las más valiosas. Por no buscar la fácil, por no intentar quedar bien, por hablar con conocimiento e inteligencia. Y como si esto fuera poco, sin interés alguno de colgarse o pedir volver a la selección a pesar de los buenos resultados y del cambio de clima. Un tipo coherente.
"Lo que dijo David Pizarro es crucial. Chile ataca masivamente y debe volver con la misma velocidad a retomar posiciones".
Bonita semana. Se ve a la gente feliz a pesar del frío. "En la victoria, todos nos besamos". Claro, ahora hay que remar con el campeonato cojo (Deportes Concepción afuera por secretaría), los equipos que se reforzaron apenas y estadios que no resisten la exigencia de la competencia profesional (La Pintana y su barro, Chillán Viejo con una cancha que parece de futbolito).
Entre todo esto, fue reconfortante la entrevista que le dio David Pizarro a "El Mercurio" de Valparaíso el lunes pasado. Es el mejor jugador chileno del momento, titular de la Roma y ejemplo de profesionalismo. En sus vacaciones se queda con la familia y organiza campeonatos con los niños carenciados de Valparaíso. Afuera de la selección por decisión propia, el movedizo volante fue inteligente y franco cuando le preguntaron por el equipo que dirige Marcelo Bielsa. Dijo las previsibles alabanzas sobre rendimiento, aptitud, ritmo y espíritu ofensivo, pero al igual que en la cancha, puso la pelota contra el piso con suma lucidez. Cito textual: "Es interesante su estilo, pero también tengo mis dudas, porque a la hora de atacar se dejan bastantes espacios. Chile ha convertido, pero también le convierten con facilidad, lo que puede ser fatal en las eliminatorias. En los primeros partidos se notó mucho, porque Argentina y Paraguay nos ganaron. Mejorar esos aspectos hará al equipo más competitivo".
Por supuesto que de inmediato estallaron los talibanes reclamando porque Pizarro "estaba criticando a Bielsa". Qué poco inteligente somos, en vez de ofendernos debemos alegrarnos por el análisis del jugador más acreditado y tal vez más profesional que tiene nuestro medio en este momento. Pizarro, con la honradez que le caracteriza, pudo quedarse en el elogio fácil, en la lisonja que indican los códigos de camarín y remitirse a la obtención de resultados y la posición en la tabla. Pero no, con el riesgo de levantar olas hizo una crítica, pero una crítica de fútbol, de alguien que sabe y ayuda a pesar de que está fuera y no gana nada.
Lo que dijo Pizarro es crucial. Chile ataca masivamente y debe volver con la misma velocidad a retomar posiciones. Y es ahí donde ha fallado por momentos. Contra Argentina en el segundo tiempo, contra Uruguay por momentos, contra Paraguay cuando se desarmó el equipo tras el tercer gol (y así llegó un cuarto tanto mal anulado) y contra Venezuela cuando perdió la pelota en varios pasajes. Esta falta de retroceso provoca que muchas veces la defensa quede tres contra tres o dos contra dos, sin sobrar nadie, con el respectivo peligro de gol. Bielsa, para ubicar un hombre de volante, supone la capacidad de ir, pero también, con la misma valía, la de retroceder velozmente. Y todavía busca (¿Arturo Vidal? ¿Rodrigo Tello?).
Mientras Bielsa sigue trabajando, las opiniones como la de Pizarro son las más valiosas. Por no buscar la fácil, por no intentar quedar bien, por hablar con conocimiento e inteligencia. Y como si esto fuera poco, sin interés alguno de colgarse o pedir volver a la selección a pesar de los buenos resultados y del cambio de clima. Un tipo coherente.
"Lo que dijo David Pizarro es crucial. Chile ataca masivamente y debe volver con la misma velocidad a retomar posiciones".
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