Lo que reproduzco a continuación es una columna aparecida en el diario electrónico EMOL, el día 7 de Mayo de 2008.
Corresponde a la Editorial del Diario, aunque no sé a quién atribuirle la autoría.
Algo que provoca una mueca sarcástica en mi rostro y que obviamente no comprenderán alguna personas, es que el diario electrónico EMOL es de propiedad del periódico El Mercurio (de propiedad de la familia Edwards), que al igual que la mayoría de la prensa escrita, tiene una marcada tendencia política de Derecha. La carretera Austral fue impulsada y desarrollada bajo el Gobierno Militar (la Dictadura de A. Pinochet), la coyuntura de los recientes desastres políticos de la Concertación, unido a algo que es enteramente fortuito, como es la erupción del volcán de Chaitén, dejan en evidencia un problema de conectividad que honestamente, no sería tan grave si no fuese por los sucesos actuales. La decisión de atacar el problema de una manera tan desvergonzadamente oportunista y seguir dándole al Gobierno de Michelle Bachelet que ya ha enfrentado varios problemas (Curepto, el Transantiago, etc), me parece absolutamente reprobable.
El trazado de la extensión de la Carretera Austral ha enfrentado varios problemas, de costos, naturaleza geográfica, etc. Otro problema que enfrenta es la existencia del Parque/Reserva Ecológica Pumalín, de propiedad de Douglas Thompkins, que también ha significado un retraso mayor en la obras. Ahora... cómo puede culparse tan arteramente al Gobierno por la falta de conectividad de una zona en la que apenas viven 8.000 personas... la postergación de la carretera Austral es bastante comprensible, dado que la obra gruesa ya está hecha y la zonas aisladas o medianamente aisladas, como Chaitén presentan una combinación fatal: están aisladas por importantes fallas geográficas y habita muy poca gente (es decir, es caro y poco útil).
Para mi la obra pública de mayor importancia geopolítica que sigue pendiente, es la unión de Chiloé con el Continente. En Chiloé viven alrededor de 60.000 personas y sólo un Ferry los une con el resto del país y no existe un plan listo para ejecución. Hay una caso crónico de indecisión política y la idea de que el costo económico sea el único criterio utilizado para postergar la realización de alguna obra en la zona me resulta cuestionable en extremo... también lo es que Sergio Bitar (ministro de Obras Públicas) haya reactivado el proyecto de la construcción de un puente en la zona, con el único interés de reposicionar la figura de Ricardo Lagos en la arena política.
Hace algún tiempo se supo de una forma alterntiva de unir a Chiloé con el País, un túnel subacuático... si es cierto que representa un tercio del costo de un puente, la opción no puede ser descartada únicamente porque los estudios técnico del puente ya existen y su concreción podría estar lista para el Bicentenario del país. Los 200 años Chile son un bonito cumpleaños, sin embargo la realización de obras que afectarán la calidad de vida de toda la nación por décadas no puede limitarse por objetivos políticos de corto plazo y que sólo atañen a un sector político determinado (la Concertación). En este tipo de cosas hay que demandar de la clase política que actúe con espíritu de sacrificio, teniendo como único interés el bien mayor de toda la nación. Hay que hacer las cosas bien y punto... por ingénuo, utópico y obvio en que resulte decirlo en voz alta.
Corresponde a la Editorial del Diario, aunque no sé a quién atribuirle la autoría.
Miércoles 07 de Mayo de 2008Me parece absolutamente oportunista redactar una Editorial tan marcadamente política en medio del desarrollo de esta situación.
Chaitén: una mancha para Chile
La evacuación de varios miles de personas de las localidades ubicadas en 30 kilómetros a la redonda del volcán Chaitén representa la más grande operación de su especie que se haya realizado en Chile. En obvia proporción, puede comparársela con las que requirió Nueva Orleans a causa del huracán "Katrina". Para todos esos chilenos, es un desastre de enorme magnitud, que significa abandonar todos sus bienes -muebles e inmuebles-, ganadería y trabajos, para enfrentar un futuro de total incertidumbre, con alto riesgo de perder sus fuentes permanentes de sustento.
A este gigantesco daño se han unido la angustia y la impotencia de toda esta población que en un plazo mínimo ha tenido que huir y ser evacuada por vía marítima en condiciones precarias, sin perjuicio de la admirable operación organizada por las Fuerzas Armadas, Carabineros y las autoridades encabezadas por el intendente regional. Esos miles de personas -pues no son poblaciones aisladas de algunas decenas o cientos- ni siquiera han tenido la opción de intentar un escape por sus propios medios, por tierra firme.
Ello es el fruto de haber abandonado la conectividad de un asentamiento que el país comenzó hace ya casi un siglo, en un proceso que se consolidó vigorosamente con la Carretera Austral. Ésta debió interrumpirse por condiciones geográficas naturales, ante las cuales era de mayor prioridad la penetración más hacia el sur. Pero lograda ya ésta, no hay razón alguna que el Ministerio de OO.PP. pueda invocar para no haberla retomado y llevado hasta una total conectividad terrestre durante los últimos 20 años. Por desgracia, su propio desorden y sus incontables anomalías le han impedido abordar una tarea que económicamente es del todo factible con los recursos de ese ministerio y del país, y que técnicamente tiene -y ha tenido hace ya mucho- soluciones enteramente factibles.
Sin embargo, nada real se ha podido iniciar, porque ésa es una tarea difícil, de escaso lucimiento político mientras no se pueda cortar la cinta inaugural. Además, y en especial, el país ha sido víctima de que sectores dirigentes hayan prestado oídos a una campaña absurda pero sistemática de ambientalistas fanáticos, indiferentes a consecuencias que ciertamente no eran imprevisibles, como el actual sufrimiento de los miles de chilenos alcanzados por esta erupción. De allí las sucesivas postergaciones de esa obra indispensable, y eso ya por dos décadas.
Ahora, esta tragedia hace imperdonable que los habitantes de Chaitén y sus alrededores carezcan no sólo del camino terrestre, sino de una fecha confiable y razonable para el inicio de esas tareas. Según los anuncios oficiales del MOP, la ingeniería definitiva del trazado se hará este mes, porque ya están listas las bases, y los trabajos de los primeros cinco kilómetros se iniciarán en noviembre de 2009. Esto significa, en suma, que en el mejor de los casos durante el presente Gobierno no se construirá virtualmente nada. Y, dada la abundante experiencia anterior, cabe temer que se esté ante una promesa cuyo cumplimiento un siguiente gobierno bien podría volver a dilatar.
El primer deber geopolítico de toda administración es la conexión terrestre del territorio, y ese deber, en buena parte cumplido por la Carretera Austral, tiene que ser reasumido sin más tardanza, para borrar la mancha histórica que significa Chaitén. Esta tragedia exige mucho más que un anuncio de cinco kilómetros que se iniciarían un mes antes de la próxima elección presidencial, y la secretaría encabezada por el ministro Bitar tiene sobrada capacidad para hacerlo.
Algo que provoca una mueca sarcástica en mi rostro y que obviamente no comprenderán alguna personas, es que el diario electrónico EMOL es de propiedad del periódico El Mercurio (de propiedad de la familia Edwards), que al igual que la mayoría de la prensa escrita, tiene una marcada tendencia política de Derecha. La carretera Austral fue impulsada y desarrollada bajo el Gobierno Militar (la Dictadura de A. Pinochet), la coyuntura de los recientes desastres políticos de la Concertación, unido a algo que es enteramente fortuito, como es la erupción del volcán de Chaitén, dejan en evidencia un problema de conectividad que honestamente, no sería tan grave si no fuese por los sucesos actuales. La decisión de atacar el problema de una manera tan desvergonzadamente oportunista y seguir dándole al Gobierno de Michelle Bachelet que ya ha enfrentado varios problemas (Curepto, el Transantiago, etc), me parece absolutamente reprobable.
El trazado de la extensión de la Carretera Austral ha enfrentado varios problemas, de costos, naturaleza geográfica, etc. Otro problema que enfrenta es la existencia del Parque/Reserva Ecológica Pumalín, de propiedad de Douglas Thompkins, que también ha significado un retraso mayor en la obras. Ahora... cómo puede culparse tan arteramente al Gobierno por la falta de conectividad de una zona en la que apenas viven 8.000 personas... la postergación de la carretera Austral es bastante comprensible, dado que la obra gruesa ya está hecha y la zonas aisladas o medianamente aisladas, como Chaitén presentan una combinación fatal: están aisladas por importantes fallas geográficas y habita muy poca gente (es decir, es caro y poco útil).
Para mi la obra pública de mayor importancia geopolítica que sigue pendiente, es la unión de Chiloé con el Continente. En Chiloé viven alrededor de 60.000 personas y sólo un Ferry los une con el resto del país y no existe un plan listo para ejecución. Hay una caso crónico de indecisión política y la idea de que el costo económico sea el único criterio utilizado para postergar la realización de alguna obra en la zona me resulta cuestionable en extremo... también lo es que Sergio Bitar (ministro de Obras Públicas) haya reactivado el proyecto de la construcción de un puente en la zona, con el único interés de reposicionar la figura de Ricardo Lagos en la arena política.
Hace algún tiempo se supo de una forma alterntiva de unir a Chiloé con el País, un túnel subacuático... si es cierto que representa un tercio del costo de un puente, la opción no puede ser descartada únicamente porque los estudios técnico del puente ya existen y su concreción podría estar lista para el Bicentenario del país. Los 200 años Chile son un bonito cumpleaños, sin embargo la realización de obras que afectarán la calidad de vida de toda la nación por décadas no puede limitarse por objetivos políticos de corto plazo y que sólo atañen a un sector político determinado (la Concertación). En este tipo de cosas hay que demandar de la clase política que actúe con espíritu de sacrificio, teniendo como único interés el bien mayor de toda la nación. Hay que hacer las cosas bien y punto... por ingénuo, utópico y obvio en que resulte decirlo en voz alta.
Acabo de leer tu comentario (algo tarde) pero creo que es importante que haya conectividad para Chile y la ruta Puerto Montt-Chaiten tiene que ser prioridad, no es posible que en el siglo XXI en invierno tengan los mismos problemas que a comienzos del XX, por una cosa de soberania es importante conectar hasta donde viva el ultimo de los chilenos, esos "apenas 8000" como los llamas son gente que se ha sacrificado para hacer patria, pagando todos los costos necesarios para poder surgir, esa gente es la que merece mejores caminos, hospitales, escuelas antes que las grandes aglomeraciones urbanas faltas de valores que solo la gente del sur conoce, realmente creo que la Concertacion no ha puesto todo el empuje para terminar de una vez por todas la carretera austral, hasta el mas antipinochetista tiene que reconocer que es indudable el aporte a la red vial que se ha hecho en la zona de Aisen bajo su presidencia.
ResponderBorrarEn Invierno la gente se muere de cosas tan simples como apendecitis por la falta de personal medico y mala conectividad. Y el Gobierno de Chile tal como Don Otto y su sillon hace convenios para que los chilenos se atiendan en Argentina, acaso esa es la forma de solucionar los problemas... si ya nos cortaron el Gas todos los inviernos, si nos cortan la atencion medica a los Chilenos de Futaleufu, Palena, Chile Chico, no habria tiempo de reaccionar por la negligencia por años de los gobiernos.
Si no se dignan a construir carreteras o puentes, mejor que hagan buenos liceos con buenos profesores, buenos hospitales, acceso masivo a Internet y demas comunicaciones, para que no sea de primera necesidad una ruta, con los dineros que se malgastan en Transantiago se podria haber conectado el sur y dotandolo de buena infraestructura estatal.